by Jeraldine Perez
Esas manos con grietas fueron mi primer encuentro con lo duro. Fue duro ver a papi hacerse el fuerte y más duro querer aliviar su pena con tan solo 6 años. Duro era el fuete a las 12 del mediodía pegando cable, buscando corriente para que prendieran: nevera, bombillos y televisores.
Daddy was a super talented Electrical Engineer!
Scratch that, Daddy didn’t finish college. No diploma, no title! But joseaba pegando cables, vendiendo piezas, moviendo e ingeniándose un tro’ de mierda.
¡Se sabía todo lo que decía el Algebra de Baldor, lo que mi maestro de cálculos me dejaba de tarea y hasta lo que decía la decrepita de ciencias! Una matemática rara que yo nunca entendía, haciendo inversores, plantas eléctricas, piezas y piezas de cosas que hacían cosas que a su vez prendían, se movían y duraban hasta 24 horas sin perder fuerza.
Daddy was an Old G!
I mean, he had a gun, and pointed it at the neighbors who attempted to harm my sister. God must’ve responded to my prayer, “Diosito, Diositio que no la use, I don’t want my dad to die!” because I never saw the gun again.
Daddy was sweet and sour!
Me peinaba con las manos más tiernas and few times hit me so hard con la correa I had to call abuela.
Me contaba chistes, me lavaba la ropa, me cortaba las uñas, me traía guayabas que le compraba a un Don en medio de la avenida y siempre me decía, “se la compro a ese que no pide, sale a sudar la gota gorda para ganarse la vida, comete tu guayaba mija! ”
Daddy era tremendo atleta.
Jugaba baseball, softball, fue karateca, hizo Judo y corría, nadaba por horas muertas. Yo admiraba esa fuerza!
Daddy chiripiaba, conseguia y dejaba.
Debía, le debían, trabaja para otros y para nadie. Decía que el día que su madre lo pario no se trabaja, mejor abrir una botellita de romo, mejor irse para la playa o dormir toda la tarde. Pero si estaba muy dura la cosa, daddy would get up early and go to some cliente para arreglar algo!
Daddy was King of the dance floor.
Me bailaba para que aprendiera a dar pasos de bachata, perico ripiao y un chin de salsa. I loved partying with my dad, que me meciera, me diera vueltas para que todos nos vieran.
Daddy was a chef!
Me calentaba la comida de las 12:00, a las 9:00 de la noche, a el concon aun pegao del caldero le echaba habichuela, mojada con un poquito de salsa de pollo, lo calentaba lentamente, y partia un aguacate. Y voilà! ¡Que rica le quedaba esa cena!
Daddy taught me how to flow, stay afloat and have flow.
He would fill la neverita con hielo, cerveza y Country Club, make un caldero de spaghetti y buy some pan Penin; then put some gas on the old car que se llamaba Julian y todo el mundo para Boca-Chica hacer fiesta.
Daddy confessed all the whys my mom had a hard time showing love; asked me to be patient, understand her, and to never underestimate her.
Daddy will sit for hours hacienda cuento, teaching us how to resolver problemas—aconsejándonos, mirándonos, peleándonos y abrazándonos.
Daddy would become my toy when I needed to play, and my brother and sister were too old to relate.
Daddy and I had this strong connection, this unbreakable bond; yo era his niña, and he my perla.
Daddy would let me climb on his neck at night, so we could take a walk en el barrio and count the stars.
Daddy was music.
He was salsa, Grupo Niche, bachata: Luis Vargas, he was Son Cubano, Perico Ripiao, y hasta al perro le daba! He would sing all day, and whistled like a ruiseñor calling us to come home. We never heard my dad shouting our names. That distinct whistle took possession of his voice.
Daddy was beginning and end.
Those soft hands in a coffin reviveron lo duro. Duro ese espacio sensible cuando todo lo que fue papi se volvio una estrella. Duro not having papi.
Jeraldine Perez was born en un barrio de Santo Domingo, Dominican Republic. Her mom named her Jeraldine, her papi added Perez. She loves learning new languages, reading, dancing, community, and activism. Jeradines writing—a channel to voice what is deemed improper, too deep, too precious, childish, intimate—embraces and celebrates the mundane. Her passion for the written word is equivalent to the love she holds for her family, skin, and roots.
This was such a joy reading!😍